Entre gritos exigiendo justicia, pobladores de Chalaco, Morropón, sepultaron a los cuatro integrantes de la familia envenenada por sus dos parientes. Los cuerpos de Eloy Barco Cruz (81), su sobrino Eulogio Núñez Barco (55) y sus hijos E.N.B (8) y E.N.B (6) descansan en el campo santo del distrito.
La población del caserío Juan Velasco aprovecharon el recorrido con los ataúdes para, con arengas y carteles en mano, exigir que se castigue a los culpables.
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«Si este caso queda en nada, el pueblo y el campo buscará justicia. Basta ya de crímenes en el pueblo de Chalaco. Pedimos cadena perpetua para los culpables. Estamos buscando justicia por estos hermanos fallecidos. Invocamos a que las autoridades tomen cartas en el asunto y haga pagar con todo el peso de la ley a los responsables”, exclamó un morador de la zona.
Hasta el cementerio llegó una banda de músicos que, en presencia de los vecinos de los difuntos, se les rindió un sentido homenaje. Por su parte, los niños también exigieron justicia para que la muerte de sus compañeros no quede impune.
“Justicia para Esmeralda y Eulis. Somos el grito de los que ya no están”, se leyó en sus pancartas que llevaron por las calles de Chalaco.
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